Dos maquetas de navíos cuelgan en la zona del transepto frente al altar, regalado uno el pasado siglo por el sacerdote Don Francisco Beaumont, y el otro por un almirante de la Armada.
Constituyen un exponente de los múltiples exvotos que colgaban antiguamente de las paredes del santuario y en especial del presbiterio; el resto se ha instalado actualmente en el camarín.